¿Con quién hablo?

Tal vez al leer este título te venga a la cabeza cierto cómico de hace ya tiempo que utilizaba un teléfono de los de cable. O tu abuela respondiendo llamadas telefónicas, No sé, es una frase que a mí me suena viejuna.

Sin embargo, ¿te has parado a pensar el porqué de esta inocente pregunta? Efectivamente, aquí hay mucha miga.

Aunque no lo parezca, lo que te voy a contar es clave para tu negocio y puede que encuentres alguna idea para aplicar ya mismo.

Atiende bien a esto.

Ya has oído hasta el cansancio eso de que la información es poder.
Efectivamente, cualquier tipo de información que tengas de antemano sobre tu interlocutor, en este caso, te ayuda a anticiparte y adaptar tu mensaje y tu tono, entre otras cosas, a lo que más te interese, según la situación. Digamos que es una manera fácil de tener la sartén por el mango.

Ahora bien. Esto que tienes tan claro y cumples prácticamente siempre en tu día a día, ¿lo pones también en práctica en tu negocio?

Quiero decir. ¿Sabes quién te compra? Sus gustos, sus preocupaciones. ¿Conoce lo que vendes? No es lo mismo dirigirte a alguien que no sabe que haces que a una persona que lleva años comprándote.

En definitiva, ¿qué sabes de tu cliente?